Durante años mi sueño había sido visitar el castillo de Disney, bueno en el que se basó Disney para hacer su famoso castillo, es decir, el Castillo de Neuschwanstein, también conocido como el Castillo del Rey Loco. Y en septiembre del 2016 lo conseguí hacer realidad ^_^

A Luis II de Baviera le gustaban los lujos y los castillos hasta tal punto que dejó prácticamente en bancarrota al estado de Baviera, por ello se dice que, para que no manejara más los caudales públicos, fue declarado injustamente loco. A esto hay que añadirle su misteriosa muerte, que también hace sospechar de cierto complot para quitarse de en medio a este personaje tan singular.Con independencia de ello, lo que sí es cierto es que Luis II de Baviera nos dejó un riquísimo patrimonio cultural, unos castillos de ensueño donde sentirse princesa por un día, además de ser un importante mecenas para artistas tan célebres como por ejemplo Wagner.
[20/09/2016]
Viaje a los castillo de Baviera
Así que llegó el momento de coger un vuelo a Munich, concretamente a Memmingen con ryanair, por 53€ por persona ida y vuelta. Llegamos ya bastante tarde y habíamos reservado una habitación por Airbnb en Obergünzburg, a unos 40 min. del aeropuerto, por lo que nos fuimos directamente hacía allí.
Elegimos esta ubicación como base porque se encontraba más o menos en un punto intermedio entre nuestras visitas de esos días, más o menos a una hora de Munich y a una hora a Schwangau, donde está ubicado el famoso castillo de Neuschwanstein.
No hace falta decir que, entre que nos perdimos y que no conocíamos la zona, tardamos un poquito más de lo previsto, menos mal que los dueños del apartamento vivían en el misma casa, en la planta superior.

El alojamiento era un chalet dividido entre dos plantas, la superior donde, como he comentado, residían los anfitriones, y la inferior que es la que reservamos. Super acogedor, con un pequeño patio con una mesita para desayunar, aunque en esas fechas en Alemania ya empezaba a hacer bastante fresco :-/ y la casa con todo lo necesario para pasar allí un viaje de desconexión, lo que lamento es no haber podido estar más tiempo, ya que las excursiones nos llevaban todo el día y volvíamos bastante tarde y cansados.
El pueblo de Obergünzburg una cucada, 4 calles entre bosques verdes, lecherías y granjas, muy acogedor ^_^ Eso sí, para llegar a la autopista tardabas un buen rato, una media hora, no se puede tener todo…
[21/09/2016]
Los castillos del Rey Loco
El primer día ya teníamos la reserva al castillo, bueno, en realidad a los castillos, porque hay dos uno al lado del otro, el Neuschwanstein y el Hohenschwangau. ¡No podía esperar más!
Teníamos la reserva a primera hora, a las 9:00h, ello implicaba que una horita antes teníamos que pasar a recoger las entradas. Bueno, en teoría es una hora antes pero si, como nosotros, cogéis la primera hora, como no hay casi gente, no suele haber colas y no hace falta dejar tanto margen de tiempo.

En la zona de los castillos hay 3 grandes aparcamientos, por lo que no os deberéis preocupar por donde dejar el coche. En la misma avenida de los aparcamientos encontraréis fácilmente las taquillas, tanto para comprar las entradas como para recoger las reservadas. Recordad que aunque las hayáis comprado anticipadas, deberéis pasar por taquilla a retirarlas. Debido a la gran afluencia de gente nosotros recomendamos la reserva anticipada para evitar disgustos. Y, bueno… creo que ir a primera hora es una gran opción, primero porque aún no hay mucha gente y segundo porque lleva casi todo el día visitar los dos castillos y el museo, y si os queda algo de tiempo, como a nosotros, podéis aprovechar para visitar Schwangau o Füssen.
Para disfrutar de la visita podréis encontrar diferentes tipos de entrada, individual para cada castillo, o una conjunta que da derecho de acceso a los dos castillos (Neuschwanstein + Hohenschwangau) y al museo de los reyes bávaros, que se encuentra allí mismo. Nosotros elegimos esta última opción, ya que íbamos pues lo veíamos todo.
Así que llegamos prontito, recogimos las entradas y nos dirigimos al castillo Hohenschwangau, muy cerca de la zona de taquillas. Como consejo llevad comida y bebida, ya que allí solo hay una o dos tiendecitas pequeñas con no mucha cosa y un restaurante, todo ello a precio turista. Y en el complejo hay varios sitios donde podéis pararos a comer un bocadillo, así que sin duda yo recomiendo llevar el picnic.

La visita guiada al castillo fue muy tranquila y agradable y, aunque realmente yo iba por el otro, por el icónico, la verdad es que este no tiene nada que desmerecerle. En realidad incluso me atrevería decir que disfrute más la visita de Hohenschwangau que de Neuschwanstein, ya que este segundo estaba tan abarrotado de gente que no se podía visitar correctamente.
Una de las cosas que me llamó mucho la atención de este primer castillo fue que conservaban un pan, sin moho y sin nada, muy bien conservado 😮
El castillo de las princesas Disney
Hay varias maneras de llegar de un castillo a otro: con autobús, con carro de caballos o andando. El carro de caballos son 6€ por trayecto, aparte de carísimo debemos tener en cuenta la explotación evidente del animal y encima ni siquiera ahorras tiempo porque, como el camino es bastante empinado, el pobre animal va más bien despacito. El autobús lo recomiendo únicamente para aquellas personas que por enfermedad o condición física no pueden caminar. Lo recomendable en la mayoría de casos es ir andando, se tarda unos 20 minutos en llegar, eso sí, como ya he comentado, por un camino empinado, lo que hace que sea un poco cansado, pero nada que exija unas condición física atlética.


En ambos castillos hay dispuestas unas pantallas donde puedes ir viendo el turno que toca entrar. En el caso del de Neuschwanstein también hay pantallas en una pequeña explanada con asientos que hay justo bajo el castillo.
Llegó nuestro turno y entramos en el famoso castillo de Disney, sinceramente, como ya he comentado, si por fuera realmente es una pasada, por dentro no es que decepcione, pero la aglomeración de gente no te permite disfrutarlo. Como en otros sitios que he visitado, creo que se debería limitar la afluencia de gente, pero claro, así ganarían menos y a nadie le interesa.

Nos comentaron que Luis II de Baviera construyó este castillo para su disfrute y durante mucho tiempo la entrada estaba vedada a todo aquel que no fuera parte de la realeza. Que decepción sentiría si ahora levantara la cabeza y viera sus estancias pisoteadas por miles de turistas al día.
Al salir del castillo es obligatoria la visita al marienbrüke, el puente desde donde se ve el castillo de Neuschwanstein en todo su esplendor. El puente fue reformado hace poco, aún así se trata de un pequeño puente de madera donde, según mi parecer, se sube demasiada gente, imagino que debe estar calculado pero a mi me daba miedo que cayese jejeje. En la entrada al puente hay una persona de seguridad que va regulando un poco el tráfico de gente, aunque por nuestra experiencia lo que vimos es que la gente se atasca justo al principio y si avanzas hasta pasada la mitad del puente hay muchísimo más espacio.

Lo que sí es cierto es que las vistas desde el puente no decepcionan, seguro que habéis visto mil fotos desde allí, pero aún así impresiona. Es el mejor sitio donde obtener una perspectiva perfecta del castillo, donde poder observar sus torres y, como no, hacerse el selfie imprescindible pare el recuerdo jeje. Pero tened en cuenta que si vais en pleno invierno puede ser que os encontréis cerrado por nieve el acceso al puente. Si bien es cierto que el castillo nevado tiene que ser precioso, os arriesgáis a estos pequeños inconvenientes.
Desde el puente nos dirigimos al Museo de los Reyes Bávaros, que se encuentra en la parte inferior (en la zona de las taquillas) al lado de un apacible lago donde podéis aprovechar para descansar un rato al lado de los patitos ^_^ El Museo, sinceramente, para mi gusto no es que valga mucho pero… Ya que entra con la entrada combinada… pues se visita.

Nos dirigimos hacia el coche, despidiéndonos de los castillos a nuestro paso. Tomamos el coche, en la carretera que baja hasta el pueblo hay un par de vistas impresionantes del castillo de Neuschwanstein, así que ir mirando donde os podéis parar (la carretera es estrecha y tendréis que escoger un lugar adecuado) para poder disfrutar de las últimas vistas del castillo.

Dimos un agradable paseo por el pueblo de Schwangau antes de tomar el camino de regreso a nuestra casita. Cocinamos algo rápido en la casa, estábamos agotados, así que el sueño fue reparador para visitar con más ganas el Palacio de Linderhof.