Habíamos llegado a Sagres tras pasar por Tavira, pero los mejores momentos de nuestra escapada al Algarve aún estaban por llegar…
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La preciosa marisma de Cacela Velha |
Excursión en barco en Lagos
[14/06/2015]
Antes de empezar este viaje habíamos visto que se podían realizar diversas excursiones en barco por la costa del Algarve, así que esa misma mañana buscamos un poco en Internet y contratamos un tour con la empresa Bom Dia Boat Trips, concretamente el Grotto trip de dos horas. La verdad es que no hicimos una búsqueda demasiado exhaustiva, por lo que puede haber mejores opciones, y si paseáis por la Av. dos Descobrimentos de Lagos os encontrareis innumerables puestos donde os ofrecerán todo tipo de actividades en barco.
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En la Av. dos Descobrimentos encontraréis gran variedad de excursiones en barco |
En cualquier caso, nosotros estamos bastante satisfechos de Bom Dia, así que por nuestra parte os los recomendamos. Eso sí, contratamos el paseo de dos horas pensando que se dedicaría en su totalidad a visitar la costa, sin embargo una hora es para la vista y otra es para navegar en el velero. Si la navegación no os interesa u os parece prescindible, con la visita de una hora es suficiente para ver las principales formaciones rocosas.
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Velero en el que hicimos nuestra excursión |
Tras realizar la reserva, partimos hacia Lagos. Dejamos el coche en un aparcamiento que encontramos justo al empezar el paseo marítimo, aunque es de pago, nos evitamos problemas de no encontrar aparcamiento adecuado. Desde dicho aparcamiento empezamos a caminar en dirección al puerto. Durante ese paseo vimos una puerta amurallada que nos llamó la atención, el Arco de São Gonçalo, la atravesamos para disfrutar de su casco antiguo y sus casas tradicionales. Lamentablemente empezó a lloviznar intermitentemente… y ese fue el tiempo que tuvimos durante todo el día.
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Arco de São Gonçalo |
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Pintoresca fachada en el casco antiguo de Lagos |
Llegamos al puente tal y decidimos aprovechar para localizar el lugar desde donde partía nuestra excursión en barco. Después de eso, viendo que había una cerca una larga y preciosa playa de arena, nos fuimos directamente hacia ella, la Playa de Meia (Meia Praia). Como ya hemos dicho, no hacía muy buen día, pero no queríamos volver a casa sin habernos bañado en el Atlántico así que, teniendo en mente que ya nos habíamos bañado en aguas muy frías en otras ocasiones, reunimos valor y nos metimos en el agua. De todos modos, hay que decir que no estuvo tan fría como imaginábamos ^_^
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Meia Praia |
El tiempo se nos echó encima y tuvimos que ir a comer rápidamente para no perder nuestro barco. Llegamos muy justos al lugar desde donde pensábamos que comenzaba la excursión y nos avisaron que en realidad salía desde el otro lado del puerto. Corrimos un poco y llegamos por los pelos.
Tras zarpar, nos dieron una indicaciones en portugués e inglés sobre qué debíamos hacer. Al cabo de un rato, el velero tiró la ancla y pasamos a una embarcación más pequeña y manejable, con la que recorrimos la costa por delante de las playas más famosas de la zona hasta llegar a la zona con los grottos y demás formaciones rocosas.
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Una de las playitas que vimos desde el velero |
El recorrido fue rápido, con el patrón de la barca diciéndonos (en un portugués bastante cerrado) los nombres con los que se han bautizado algunas de las formaciones (la gruta del amor, el garaje, el museo, Ponta da Piedade, la sala de estar, etc.), atravesando los puentes naturales creados por las rocas y entrando en calitas donde sólo las barcas pueden llegar. En algunos momentos se produjo cierto abarrotamiento, con algunas otras barcas coincidiendo en ciertos puntos del recorrido, pero en general fue una fantástica experiencia, incluso nos resultó un poco corto (duró unos cuarenta minutos).
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¿Veis el elefante? |
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Con la barca nos metimos en todos los recovecos de la costa de Lagos |
A continuación, el bote nos llevó de nuevo a la embarcación y los tripulantes desplegaron las velas. Pero lo que tenía que ser una hora de navegación se transformó en una hora de estar dentro de la cubierta, ya que empezó a llover con fuerza y el chubasquero que nos dejaron era insuficiente.
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Solo pudimos estar en cubierta durante los últimos minutos de travesía |
Una vez terminado el recorrido, volvimos a puerto y nos dirigimos al coche, recorriendo una vez más la Av. dos Descobrimentos. Pero no nos podíamos ir de allí sin hacer una última parada en la Playa de la Patata (Praia da Batata), la cual se encuentra justo al lado del aparcamiento donde habíamos dejado el coche.
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Praia da Batata |
En el camino de vuelta nos detuvimos en el faro de Ponta de Piedade, que queda justo encima de la formación rocosa del mismo nombre. Sinceramente, si no os sobra el tiempo, no vale mucho la pena…
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Ponta de Piedade vista desde el faro |
A la hora de cenar nos permitimos un pequeño capricho y cenamos en el Warung Bar (el cual ha cerrado), un local con ambiente surfero en el que comimos unas excelentes hamburguesas y que sin duda recomendamos para adentrarse en el ambiente surfero y hippie de Sagres.
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La deliciosa hamburguesa que degustamos en el Warung Bar |
Visita a Portimao y Faro, pasando por el festival internacional de esculturas de arena (FIESA)
[15/06/2015]
Nos levantamos pronto, para variar, e hicimos el check out. Antes de despedirnos de Sagres, decidimos volver a visitar la Playa de Beliche, pasando por el camino a fotografiar un hotel abandonado que nos había llamado la atención los días anteriores.
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Sí amigos, Tati quedó prendada de… esto ¬_¬ |
Al llegar a Beliche, dudábamos si bañarnos o no, pero era muy temprano y el frío matinal nos terminó de quitar las dudas. Queda pendiente para nosotros nadar en esta preciosa playa para cuando podamos volver.
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Playa de Beliche (Sagres) |
Nuestra siguiente visita fue a Portimao, concretamente a la Playa de los Tres Castillos (Praia dos Três Castelos), donde nos bañamos aprovechando que hacía bastante mejor día que las dos jornadas anteriores.
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Playa de los Tres Castillos (Portimao) |
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Tomando un baño frente a las espectaculares rocas de la Playa de los Tres Castillos |
Resultan llamativas las formaciones rocosas que dividen la playa en dos, aunque se pueden atravesar por un pequeño túnel.
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Paso que conecta las dos partes de la Playa de los Tres Castillos |
Tanto el día anterior como durante esa mañana, habíamos visto numerosos carteles anunciando el FIESA (Festival Internacional de Escultura En Arena). Como nos había llamado la atención, decidimos visitarlo. Nos costó un poco encontrarlo ya que no teníamos ninguna dirección concreta para buscar en el GPS, sólo sabíamos que estaba ubicado en Pera, pero finalmente conseguimos llegar. http://www.fiesa.org/pt/map/
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Vista general de las esculturas de arena de FIESA 2015 |
El FIESA 2015 está dedicado a la música. La verdad es que el tema, viendo los temas de otros años (mitologías, civilizaciones antiguas, etc.), nos pareció un poco soso pero en realidad había una gran variedad de esculturas que de un modo u otro se podían relacionar con la música, por ejemplo personajes de películas relacionándolo con la música en el cine. Además hay que reconocer que la mayoría de esculturas están muy bien hechas y se puede pasar tranquilamente un par de horas admirando los detalles de éstas.
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Los Rolling Stones en arena |
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Alicia en el país de las maravillas |
Después de admirar cada una de esas obras de arte, pusimos rumbo hacia Faro. Llegamos a media tarde a nuestro hotel, el Ibis Faro. Extrañamente, nos atendieron en inglés, cuando en la mayoría de los sitios lo habían hecho en un buen castellano, pero bueno, ningún problema. El hotel se encuentra a unos 10 minutos en coche del centro de Faro, justo al lado del aeropuerto. La habitación es moderna y limpia, con un banquito al lado de la ventana, escritorio, una cama muy cómoda y una de las mejores almohadas que hemos probado, y todo por el increíble precio de 38€ la habitación doble con baño. El hotel dispone de aparcamiento gratuito, wifi, piscina y sala de plancha. También ofrecen desayuno, no lo consumimos, pero pasamos por al lado por la mañana, y para lo que daban nos pareció carísimo.
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Nuestra habitación en el Ibis de Faro |
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La piscina del Hotel Ibis de Faro |
Tras refrescarnos, tomamos de nuevo el coche para conocer el casco antiguo de Faro. Allí, paseando, llegamos al Arco da Vila, puerta monumental de estilo neo-clásico mandada construir por el Obispo D. Franciso Gomes de Avelar en sustitución de las antiguas puertas de la ciudad. Y en lo alto de la puerta, varios nidos de cigüeña. Os parecerá una tontería, pero al ser de Mallorca y no estar acostumbrados a ver cigüeñas, la estampa nos encantó ^_^
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Cigüeñas en el Arco da Vila (Faro) |
Paseamos por el interior de la ciudad antigua disfrutando de la tranquilidad de sus callejuelas adoquinadas, donde se respira el auténtico Algarve.
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Catedral de Faro |
A la hora de cenar fuimos al Forum Algarve, un centro comercial. Nos quedaba a unos [¿10 min.?]20 minutos a pie desde el hotel y, como nos apetecía pasear un poco más, fuimos andando. En el centro comercial había una carpa con una exposición temporal dedicada a Cristiano Ronaldo y su balón de oro, pero nuestro interés por el fútbol (y por CR7 en particular) es más bien escaso así que simplemente cenamos y volvimos al hotel.
De Faro a Palma, con parada en la marisma de Cacela Velha
[16/06/2015]
Nuestro vuelo hacia Palma partía de Sevilla a las cuatro de la tarde, así que deberíamos llegar a la ciudad hispalense no más tarde de las dos para no ir justos de tiempo. Eso nos dejaba unas cuantas horas aprovechables en Portugal, de modo que partimos pronto hacia Cacela Velha, una pequeña aldea con todo el encanto del Algarve. E hicimos bien porqué esta visita fue uno de los mejores momentos del viaje.
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Las calles de Cacela Velha |
Al llegar a Cacela Velha nos encontramos con una población de no más de cuatro o cinco calles, con casas blancas en lo alto de una pequeña colina que proporciona unas grandes vistas al parque natural de Ria Formosa. En la entrada del pueblo hay un aparcamiento para los visitantes, allí dejamos el coche y empezamos a pasear por las calles. En nuestro paseo nos encontramos un camino que descendía hacia la costa y, por supuesto, lo tomamos.
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Camino hacia la marisma de Cacela Velha |
Tras bajar por el camino llegamos a la playa, o más bien deberíamos decir marisma (la playa real se veía a lo lejos), y nos encontramos con un paisaje realmente precioso. La arena estaba llena de cangrejos que huían al percibir la vibración de nuestras pisadas. Fue un sorprendente e inesperado espectáculo. También nos llamaron la atención las barcas posadas en la arena de la marisca. Desgraciadamente no teníamos mucho tiempo más así que dimos una vuelta por la marisma y volvimos hacia el coche.
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Cangrejo en la marisma de Cacela Velha |
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Vista general de la marisma de Cacela Velha |
El tiempo se nos terminaba, pero aún hicimos una última parada: la playa de Manta Rota. Llegamos a Manta Rota y nos encontramos el pueblo levantado por las obras. Conseguimos aparcar y llegamos a la playa al cabo de unos 10 minutos de caminar.
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Playa de Manta Rota |
Lo que nos hubiese gustado habría sido poder pasear por la playa hasta llegar a la playa que se encuentra delante de Cacela Velha (a unos 30 minutos a pie), pero no tuvimos tiempo más que para mojarnos los pies; enseguida volvimos hacia el coche y emprendimos el último trayecto, hacia Sevilla.
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Más nidos de cigüeña en nuestro camino de vuelta a Sevilla |
Llegamos al aeropuerto de Sevilla sin problemas y devolvimos el coche. Pensábamos que en el aeropuerto nos encontraríamos los típicos establecimientos de comida rápida (y barata), pero nos equivocábamos: la oferta gastronómica en el aeropuerto de Sevilla nos pareció limitada y bastante cara. Nuestra recomendación, ya que intentamos viajar ajustando el presupuesto, es que comáis fuera del aeropuerto o que llevéis vuestra propia comida.
Después de comer, al acercarse la hora del embarque, nos dirigimos a la puerta correspondiente. Al cabo de un rato de hacer cola, la megafonía nos anunció una desagradable sorpresa: el avión que tenía que llevarnos de vuelta a casa había sufrido un problema técnico y nos tocaba esperar que llegase otro avión desde Palma… Pues nada, al final tuvimos que esperar un poco más de dos horas para poder partir. Aprovechamos parte del tiempo muerto para desvincular nuestra tarjeta del coche de alquiler por los peajes portugueses, lo hicimos llamando al número de teléfono 00 351 212879555, te atiendan en español y basta con decir el número de referencia del ticket impreso en el momento de la vinculación, rápido y fácil.
Hay que reconocer que Ryanair se portó bien y ofreció a cada uno de los afectados por el retraso un cupón de 5€ para gastar en el propio aeropuerto, aunque con los precios que ya hemos comentado, no dio más que para un helado y poco más. Aunque este hecho nos genera una duda: tenemos entendido que si la espera hubiese sido de más de dos horas y media nos hubiese correspondido una indemnización, pero ¿la aceptación del cupón habría servido como renuncia a dicha indemnización?
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Momento en el que, finalmente, pudimos embarcar |
Con este pequeño contratiempo, finalizó nuestra escapada por el Algarve. A mi, particularmente, me gustó bastante: hay playas preciosas y la zona tiene mucho carácter propio. Por desgracia, el tiempo no nos acompañó. Como recomendaciones, os diríamos que:
- cuatro días es demasiado poco, es un viaje que se habría merecido un par de días más, sobretodo si vais en verano y queréis disfrutar de la costa (por ejemplo: Tavira (1 día), Sagres (2 día), Lagos (2 días), Faro (1 día));
- la zona de Sagres está menos concurrida y cuenta con playas preciosas que hay que visitar sí o sí
- Cacela Velha también nos parece de visita obligatoria
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Panorámica de la marisma de Cacela Velha |