Nuestra escapada a Viena empezó como muchas otras, preguntándome donde había vuelos baratos: ¡Ah! En Viena no he estado, me parece perfecto, 48€ ida y vuelta. Así que día 3 de marzo de 2017 tomamos nuestro vuelo a la capital de Austria, donde estaríamos 3 días en los que descubriríamos los contrastes de esta monumental ciudad.

[03/03/2017]
Traslados desde el aeropuerto y primeros pasos en la ciudad
Llegamos al aeropuerto de Viena a las 11:40h y tomamos al Railjet hasta el centro de la ciudad. Hay varias opciones disponibles de transporte desde el aeropuerto, personalmente recomiendo Railjet por su relación calidad-precio, pero dependiendo de donde esté ubicado vuestro alojamiento tal vez os sea más rentable otra de las opciones.
Nosotros reservamos un apartamento por Airbnb ubicado un poco alejado del centro de la ciudad, a unos 20 minutos andando hacia el oeste del Prater, el mítico parque de atracciones del que os hablaremos en el siguiente post. Así que nos dirigimos en primer lugar a hacer el check in y así descargar las mochilas. Y en este momento fue cuando nos empezamos a dar cuenta de esas dos caras que tiene la ciudad de Viena, si bien el centro turístico está perfectamente cuidado y con un mantenimiento excelente, en cuanto te alejas un poco hacia las zonas más residenciales comienzas a ver fachadas descuidados, portales y edificios habitados pero que necesitan serias reformas, suciedad y, en general, una falta de preocupación por esas zonas que quedan fuera de lo que se muestra al público.

Justo frente al apartamento se encontraba el parque Augarten, por el que paseamos de camino al centro. Este parque, formado por 52 hectáreas de terreno, además de ser un lugar ideal para un paseo romántico, destaca por contener en muy buen estado dos torres antiaéreas mandadas construir por Hitler.

A nuestro paso por el Donaukanal bajamos a pasear por sus orillas, donde el arte urbano y el ocio se mezclan en un entorno multicultural. Tanto podemos encontrar su zona de graffitis, como un huerto urbano o un lugar de reunión y, si vais en verano, disfrutar de su “playa”, aunque obviamente en marzo esta estaba cerrada.


Como ver una obra en la Ópera de Viena por 3€
De allí nos dirigimos al centro más monumental, comenzando por su Catedral y siguiendo sus calles con más encanto hacia la Ópera. La Ópera de Viena es una de sus símbolos más emblemáticos pero, si como yo, no sois grandes fans de este tipo de espectáculo, no querréis gastaros las burradas que os piden por entrada, así que os contaré un modo de poder ver una obra por unos 3€.

Lo primero es informaros de las funciones que hay el día de vuestra visita y elegir la que más os apetezca. Una vez elegida os debéis dirigir a las taquillas unas dos horas antes del inicio de la función y hacer cola para recoger las entradas a 3€ o 4€ que distribuyen a diario, eso sí, para verlo de pie. Las taquillas abren unos 90 minutos antes pero si no vais con tiempo os quedaréis sin vuestra entrada ya que las colas que se forman son realmente considerables. Las taquillas se encuentran en el lateral izquierdo del edificio, tras unas puertas de cristal, si os fijáis un poco seguro que veis donde está la gente haciendo cola jeje.
Una vez con vuestra entrada en la mano, pasáis al interior del edificio, podéis dejar abrigos y bolsos en el guardarropa gratuito y dirigiros directamente a las puertas de entrada a vuestras localidades no numeradas, recomiendo ir en primer lugar para coger los mejores puestos posibles. Una vez ya os hayan asignado el sitio podéis dejar un pañuelo o lo que sea para que nos os lo quiten y salir a pasear libremente por el edificio, visitando sus diferentes pisos, el lujo de sus estancias, e incluso salir a la terraza, desde donde se tienen una maravillosas vistas de la ciudad.

Consejo si vais en invierno: conviene llevar ropa ligera, yo iba con el jersey gordo de la calle y me moría de calor, de hecho no pude aguantar la obra entera, con el calor del jersey y el calor humano (ya que con estas entradas estáis todos de pie y apretujaditos) me iba a pegar un chungo de calor. En cuanto a salir y entrar, una vez comenzada la obra podéis salir en cualquier momento, pero si salís solo podréis volver a entrar en el tiempo de descanso, nosotros esperamos directamente a salir en el descanso.

Al salir cenamos algo rápido y volvimos al apartamento dando un agradable paseo, después de haber pasado tanto calor el fresquito era de agradecer jeje. El día siguiente tendríamos más tiempo de visitar la Viena más señorial.