Paises Bajos II – alrededores de Ámsterdam

Una vez conocida la capital, nos decidimos a realizar un recorrido por el resto del país.

Zaanse Schans
En Zaanse Schans retrocedemos en el tiempo, donde la gente fabricaba sus propios zuecos y su queso casero.

[15/01/2019]

Alkmaar

Alkmaar fue la primera ciudad que visitamos llamados por su fama como capital del queso, aunque en realidad durante el viaje encontramos muchos sitios mejores donde degustar el manjar por excelencia de Países Bajos.

No pudimos disfrutar de su aclamado mercado del queso, el principal encanto de la ciudad, ya que tiene lugar desde el primer viernes de abril hasta el último el primer viernes de septiembre, así que ya tengo excusa para volver en otras fechas.

molino Alkmaar
Por su cercanía a Ásmterdam, bien vale una visita a Alkmaar

Visitamos la Iglesia de San Lorenzo, el molino Van Piet (que se encuentra en un bonito parque a pocos metros de la Iglesia) y dimos un pequeño paseo por su casco histórico. La verdad es que en una horita más o menos ya habíamos acabado y nos dirigimos a nuestro siguiente destino.

Zaanse Schans

Zaanse Schans es un imprescindible en una ruta por Países Bajos, un pueblo museo donde podemos ver como se desarrollaba la vida durante los siglos XVII y XVIII.

Zaanse Schans
¡Es impresionante ver todos los molino de Zaanse Schans bordeando el río!

La entrada es gratuita aunque los diferentes museos son de pago, hay la posibilidad de comprar una tarjeta que te da acceso a todos, aunque  nosotros ni nos lo planteamos ya que en nuestras fechas no todos los museos se encontraban abiertos. Igualmente la verdadera magia del sitio es pasear bordeando el río Zaan rodeado de molinos.

A parte de museos, en algunos molinos hay ubicadas tiendas de souvenirs, donde no solo te venden productos típicos sino que también los fabrican y puedes ver por ejemplo la elaboración de un zueco de forma tradicional, o tomarte un chocolate casero recién elaborado.

En Zaanse Schans sí que da para pasearse unas cuantas horas sin aburrirse. Aunque debíamos seguir con nuestra ruta.

Volendam

Ya empezaba a entrar el hambre, así que nos dirigimos al pueblo pesquero de Volendam, donde se puede encontrar una gran oferta gastronómica para todos los bolsillos, incluso en temporada baja como fuimos nosotros.

Volendam
El coqueto paseo marítimo de Volendam

Lo principal de la ciudad es su paseo marítimo, con sus tiendecitas y sus bares. Imagino que en verano recorrer la orilla con un helado derritiéndose por el sol debe ser un paraíso. Pero en enero tampoco desmerece el lugar y lo bueno es que pudimos pasear prácticamente solos.

Edam

Aún quedaban un par de horas, así que nos dirigimos a Edam, donde callejeamos hasta el anochecer por las callejuelas de su casco antiguo. Una ciudad con mucho encanto, aunque con menos tiendas de queso de las que esperábamos, imagino que era tarde y no supimos buscar.

Edam
Las callejuelas y canales de Edam son de cuento de hadas

Como estos pueblos se encuentran a poca distancia de Ámsterdam  volvimos a nuestro coqueto apartamento a pasar la última noche, ¡aunque nos hubiéramos quedado a vivir allí! Pero nos quedaban muchos pueblos y ciudades por descubrir.