Nueva Zelanda XVII – El día que visitamos Rivendell

[15/03/2016]El día anterior, entre la Weta Cave, el museo Te Papa y conocer un poco Wellington, no nos quedó tiempo para visitar el Monte Victoria. Sin embargo no nos queríamos ir de la ciudad sin haber subido, así que fue lo primero que hicimos antes de tomar rumbo a Rivendell.

Columna élfica que testimonia que las escenas de Rivendell se rodaron en el Parque Regional de Kaitoke
Columna élfica que testimonia que las escenas de Rivendell se rodaron en el Parque Regional de Kaitoke

 

El Monte Victoria de Wellington

El Monte Victoria, además de tener unas preciosas vistas de la ciudad, se caracteriza por ser el lugar donde se rodó la escena de La Comunidad del Anillo en la que los 4 hobbits se dirigen hacia Bree y aparece el Nazgul.

Wellington vista desde el Monte Victoria
Vistas desde el Monte Victoria

Rivendell, en Kaitoke Regional Park

Justo después nos dirigimos con muchas ganas hacia Rivendell, sí, tal cual, no sólo por ser el lugar donde se rodó el mágico bosque de El señor de los anillos, sino porque incluso hay postes indicativos del lugar.

Indicador de dirección hacia Rivendell
El indicador que nos llevó a la ciudad de los elfos

Para más indicaciones Rivendell se encuentra en Kaitoke Regional Park, la entrada más cercana es la norte, llamada Water Works Road. Justo a la entrada del parque hay paneles informativos de las diferentes excursiones que se pueden hacer con tiempos estimados, baños y una caseta informativa aunque en el momento que nosotros llegamos no había nadie. Siguiendo algo más el camino ya se empiezan a ver indicadores a Rivendell, además de hacia otros lugares, la carretera es algo estrecha y comenzamos a no estar seguros si debíamos seguir con el coche, pero no hay problema, al llegar al destino hay una explanada más o menos grande donde aparcar.

Kaitoke Regional Park
El agua está muy presente en todo el parque

Aparcamos, justo abajo había un río y niños jugando, pero luego ya investigaríamos, en ese momento teníamos un objetivo claro, al otro lado de una barrera que impide la entrada de los coches vimos el indicador que buscábamos. El sitio la verdad es que es bastante pequeño y cuesta un poco hacerse a la idea de cómo se grabaron las escenas sin quedar nada del decorado, sin embargo, para ello hay unos paneles con fotos de la película y una explicación de donde se grabó exactamente cada una de ellas.

Panel informativo de donde se rodaron las escenas de rivendell en el parque regional de Kaitoke
Con estos paneles te puedes hacer a la idea de donde se grabaron exactamente las escenas,
ya que no queda nada del decorado.
Tatiana frente a la columna elfica en la entrada del Kaitoke Regional Park
Concentrada, leyendo élfico 😉

Una vez puesta un poco de imaginación puedes llegar a imaginarte a Frodo en su habitación o los elfos paseando entre los árboles. Como recordatorio únicamente queda una pequeña reproducción del arco de entrada a la ciudad élfica de Rivendell.

Réplica del arco de entrada a Rivendell en Kaitoke Regional Par
Aquí podéis ver el tamaño de la réplica del arco de entrada a Rivendell

Uno de los escenarios es donde se grabó el póster promocional donde Legolas lanza una flecha, y ninguno de los turistas nos resistimos a imitar la famosa escena. Aunque también debemos decir que había muy poca gente, así que no tuvimos problemas de colas ni nada por el estilo.

Pere imitando la pose de Legolas con el arco
De como tensar un arco invisible, o imitando a Legolas

Una vez estudiado cada rincón y soñado con ser elfos de orejitas puntiagudas ^_^ decidimos seguir hacia delante el camino, concretamente el Pakuratahi River Walk, no tiene nada especial pero dimos un tranquilo paseo por el bosque hasta llegar a una pequeña calita de rocas a la orilla del río, aunque hay multitud de carteles avisando de no tocar el agua por la presencia de cianobacterias.

Calita a orillas del Pakuratahi River
Calita a orillas del Pakuratahi River

Volvimos hasta donde teníamos aparcado el coche. Allí vimos un puente colgante de una longitud considerable que atraviesa el río, así que aunque sólo fuera por cruzar el puente había que ir jeje.

Puente colgante en el parque regional de Kaitoke
No nos pudimos resistir a atravesar el largo puente colgante

Al otro lado del puente hay un circuito muy pequeño con explicaciones
de la flora y fauna del lugar, imagino que está pensado para un público
infantil pero aún así es realmente interesante ^_^

Vegetación en Kaitoke Regional Park
La frondosa vegetación apenas dejaba pasar los rayos del sol

Al acabar tomamos el coche para seguir nuestro camino. Nuestro siguiente destino era Tongariro National Park, pero como no nos daba tiempo a llegar ya habíamos decidido reservar alojamiento en un pueblo a medio camino, concretamente en Wanganui.

Parada en Wanganui

Llegamos a nuestro alojamiento, el Hikurangi StayPlace, nos costó 39€ la habitación noche, con baño privado y cocina compartida. Nos llamó mucho la atención porque se trata de una antigua residencia de personas mayores, jajaja, sí, sí, como lo oís, una residencia. Así que bueno, en realidad está muy bien, porque vivían allí los
abuelitos, así que las habitaciones son cómodas, los baños muy amplios
imagino que preparados para sillas de ruedas, un par de cocinas,
comedores…

Habitación de Hikurangi StayPlace
Nuestra habitación en la residencia Hikurangi StayPlace
Baño de la habitación de Hikurangi StayPlace
¡El baño era súper amplio!

Incluso hay una sala de juegos con billar y futbolín, donde estuvimos un rato por la noche mientras cargábamos el móvil, porque, gran problema, ¡en la habitación no hay enchufes!

Sala de juegos en Hikurangi StayPlace
Jugamos como viejitos en esta sala de la residencia donde pasamos la noche

Pero antes de jugar como viejitos al billar bajamos al pueblo a cenar y dar una vuelta. La residencia está a las afueras, pero se llega al pueblo en 10 minutos andando. Encontramos a Wanganui en fiestas y, aunque ese día no vimos nada especial, sí había luces y algo de decoración. Además una señora con la que entablamos conversación nos contó que al día siguiente hacían una feria de arte, aunque nosotros ya no estaríamos.

Wanganui engalanada para su fiesta patronal
Wanganui engalanada para su fiesta patronal

Atravesamos el pueblo y comimos en un Domino’s, la verdad es que ese día no habíamos comido así que teníamos un hambre canina y devoramos la pizza. Wanganui no destaca por nada, sin embargo tiene mucho encanto, es el típico sitio donde piensas “aquí me quedaría a vivir”, no sé, la arquitectura de las casas, el río que lo rodea, la tranquilidad,… estuvimos muy contentos de haber parado allí, a veces estos rincones escondidos son los más mágicos.

Calle de Wanganui
Wanganui encierra todo el encanto de la Nueva Zelanda tradicional

Al volver a la residencia, como ya he comentado, estuvimos un rato jugando en la sala de juegos y a reponer fuerzas para nuestro día por el parque nacional de Tongariro, donde tuvimos que lucharcontra una tormenta digna de Mordor.