Nueva Zelanda X – Las cascadas del parque natural de The Catlins y su carretera infernal

[08/03/2016]Completado nuestro día de aventuras y emociones en Queenstown tocaba abandonar esta coqueta ciudad para dirigirnos a The Catlins y sus parajes naturales.

Cataratas McLean en The Catlins
Increíbles las McLean Falls en The Catlins

 

Alojamiento en Owaka

Nos dirigimos directamente de Queenstown hacia el que sería nuestro próximo alojamiento en The Catlins, el cual se encontraba a 3 horas, para tener ubicado el lugar y poder descargar nuestras maletas.

Las siguientes dos noches las pasaríamos en The Split Level (el cual ha cerrado de forma permanente, una lástima), en la localidad de Owaka, una casa adaptada como albergue y dirigida por un francés hippie muy simpático y siempre dispuesto a ayudar. Cuando llegamos él no estaba pero había dejado anotado su número de teléfono para que nos pusiéramos en contacto, así que lo llamamos y nos envió a su hijo a que nos enseñara un poco las instalaciones. Al poco llegó él y se mostró muy dispuesto a ayudar en cualquier cosa que necesitáramos, aunque, como siempre, nuestro inglés no da para unas largas conversaciones.

Habitación de The Split Level, Owaka
Nuestra coqueta habitación en The Split Level

La habitación con baño privado 48€ la noche. Era un alojamiento muy acogedor, con un microondas y un pequeño fregadero con varios utensilios de cocina, aunque podíamos utilizar en cualquier momento la cocina comunitaria de la casa, un radiador e incluso teníamos una mantita eléctrica en la cama. El baño muy amplio, cómodo y limpio. Estábamos en el piso inferior y teníamos nuestra entrada propia a la habitación, aunque nos llamó la atención que hacia el exterior únicamente había una vidriera enorme desde la que cualquier persona pasando podría ver todo el interior, aunque por supuesto había una cortina para taparlo, pero me fui fijando y muchas casas tenían algo similar, me pareció bastante chulo por la luz que entra y la sensación de amplitud.

 

Las cataratas Purakaunui

Una vez asentados decidimos salir a visitar la trilogía de las cascadas: Purakaunui Falls, Mitai Falls y McLean Falls. Las tres están muy cerca una de la otra y se encontraban sólo a media horita de nuestro alojamiento. Recomiendo verlas en el orden en que la he nombrado porque podemos decir que van de menos a más, de la más sencilla a la más espectacular.

La primera de ellas se encuentra en Purakaunui Falls Rd. Al principio nos costó un poco encontrarla, porque no salía muy bien indicada en el GPS pero cuando nos fuimos acercando comenzamos a ver carteles y nos dirigimos hacia allí. Para llegar al aparcamiento hay que pasar por un corto camino de grava, dejamos el coche y nos adentramos en el camino. Las cataratas se encuentran al final de un precioso camino que discurre entre el bosque. En este punto nos comenzó a llover, menos mal que llevábamos nuestros chubasqueros, del chino, así que parecía el fantasma del bosque, pero al menos me evitó coger una pulmonía jajaja.

Camino hacia las Purakaunui Falls
El camino a las Purakaunui Falls vale tanto la pena como las propias cascadas

 

Las pequeñas pero hermosas cascadas Purakaunui
Las pequeñas pero hermosas Purakaunui Falls

 

Las cataratas Mitai

Volvimos a coger el coche y seguimos las indicaciones hasta las Mitai Falls, en este caso el coche se deja en la misma carretera en un sitio habilitado para ello. Al igual que en la anterior, para llegar a ella se debe seguir un camino que se adentra en el bosque, pero en este caso ya desde el principio se ven pequeños arroyos hasta llegar a la cascada, la cual se puede observar desde dos puntos de vista distintos a través de sendos miradores.

Primer mirador a las cataratas Mitai, algo más alejado pero más frontal
Primer mirador a las Mitai Falls, algo más alejado pero más frontal
Mirador más cercano a la caída del agua en la cascada Mitai
Mirador más cercano a la caída del agua en las Mitai Falls

¡Odio las carreteras de The Catlins!

Tomamos el coche hacia las Mclean Falls tan contentos, pensando que en 10 minutos llegaríamos pero ¡no! Nos encontramos con lo que sería mi pesadilla estos dos días y el principal motivo por el que odio las carreteras del parque natural de The Catlins. Resulta que para llegar a las cataratas Mclean hay que pasar un pequeño puente de un par de metros, pero.. resulta que estaba cerrado por obras, así que había que coger un desvío. ¿Desvío? ¿A eso lo llaman desvío? Un p… camino de carro lleno de piedras y baches, con nuestra tartana de coche, que recordad que no era de última generación, ¡así que tardamos más de media hora en hacer lo que deberíamos haber hecho en 10 minutos! Y luego tocaba volver por el mismo sitio 🙁 ¡Vale! También es cierto que yo soy un poco exagerada, el resto de coches pasaban mucho más deprisa que yo, pero con un coche viejo, que no sabes muy bien cómo va a responder, me daba miedo que se rompiera algo o, principalmente, pinchar (especialmente porque el seguro no nos cubría los pinchazos), así que ahí estábamos nosotros, las tortuguitas del camino de carro.

Cartel que indicaba que Papatowai Road estaba cerrada
El maldito cartel que hizo que nuestra ruta fuera mucho más larga

 

Carretera secundaria en The Catlins
Mi odiada carretera-desvio

Las cataratas Mclean

Al fin llegamos, nunca había deseado tanto acabar una carretera, aparcamos en el sitio habilitado en Rewcastle Rd y disfrutamos de las cataratas, que la verdad valieron un montón la pena. ¡Ojo! Porque hay gente que se queda con la primera mini cascada, pero hay que seguir adelante pasando un puente y subiendo unas escaleras para llegar a la verdadera cascada Mclean. Esta se puede ver desde diferentes puntos, e incluso uno se puede acercar un poco entre las rocas para verla bien de cerca, eso sí tened cuidado con el musgo, no os caigáis y tengamos un accidente por conseguir un a buena foto 😉

Catarata Mclean
Primera mini-cascada, muy bonita, pero tras observarla debemos continuar hasta la verdadera Mclean Falls 😉
Pere delante la catarata Mclean
Además de ser la más guapa de la trilogía de las cascadas,
es la mejor para tomarse una bonita foto de cerca ^_^

Volvimos, recordemos que por el mismo camino de carro, sin asfaltar (como anécdota, nos encontramos una vaca por el camino :-o, si ya os digo que no es un carretera muy transitada), con el que tengo mi peculiar relación amor-odio, pero por el que pensaba que no tendría que volver a pasar más, ¡cuánto me equivocaba! Incluso me plantee pasar por el puente en obras, ya que en ese momento no estaban trabajando y el puente era muy cortito, se veía el otro lado, pero me dio miedo que se hundiera y cayéramos, siendo peor el remedio que la enfermedad jajaja

Llegamos a nuestra pequeña casita en Owaka. Hacía mucho frío, así que pusimos el radiador y en cuantos nos duchamos me metí corriendo en la cama con la mantita eléctrica enchufada. ¿Quién lo iba a decir? El día anterior en pantalón corto y con muy buen tiempo y hoy con la mantita eléctrica, poco a poco nos iríamos dando cuenta que en Nueva Zelanda el tiempo cambia mucho y muy rápido, lo mismo nos caía un diluvio que a las dos horas hacía un solazo y calor.

The Split Level, en Owaka
Nuestro acogedor hogar en Owaka, volveríamos sin dudarlo

Cenamos cosas que teníamos del supermercado, menos mal porque en Owaka únicamente hay un pequeño bar y un puestecito de comida ambulante, y todo cierra muy pronto. Dormimos muy calentitos soñando con los pingüinitos que esperamos ver al día siguiente.