El día anterior apenas habíamos tenido tiempo de ver unas pequeñas pinceladas de la ciudad de Viena, así que el día de hoy nos tocaba adentrarnos más en ella.

[04/03/2017]
El Palacio de la Emperatriz Sissi en Viena
Nuestro día comenzó a las 10:00 con un free tour, una de las mejores maneras de conocer una ciudad, que nos llevó por la historia de Viena y de sus principales edificios, como el Palacio Imperial Hofburg (que visitaríamos por la tarde), la Ópera (que visitamos el día anterior), o el hotel Sacher (de donde proviene la famosa tarta del mismo nombre).
Como consejo, podéis degustar la verdadera tarta Sacher, a un precio algo más reducido que en el hotel, en la pastelería Demel, ya que estos son también propietarios de la receta original. El tour reservado en esta ocasión fue con Good Vienna Tours y el recorrido duró unas dos horas y media.


Al acabar nos fuimos a comer, para posteriormente visitar el Palacio Imperial de Hofburg, el más grande de Viena, y la que fuera residencia de invierno de la realeza austríaca. Se puede optar por comprar la entrada solo al palacio o comprar el Sissi Ticket, que te incluye visita al Hofburg, al Schönbrunn y al museo colección de muebles imperiales, nosotros nos decidimos por este último ya que teníamos intención de visitar ambos palacios.

La visita a Hofburg comienza por un recorrido por la vajilla, cubertería y mantelería de la Corte, aunque de primeras pueda parecer algo aburrido la verdad es que me encantó, son auténticas obras de arte, salseras de porcelana, cubertería de plata, enormes centros de mesa para las grandes celebraciones, un verdadero lujo al alcance de muy pocos. El recorrido se realiza con audioguía, así además de disfrutar de la belleza de los objetos, se van aprendiendo datos curiosos tanto de su origen, como momentos adecuados para su utilización, como costumbres de la Corte.
La visita continua por 19 habitaciones de los apartamentos imperiales, donde a través de diversos objetos y vestuarios, vamos adentrándonos en la vida de la Emperatriz Sissi hasta llegar a su desdichada muerte, pasando por el trágico fallecimiento de su hijo, su rebeldía, su obsesión por estar delgada,… Un museo muy interesante para conocer algo más sobre esta interesante mujer.

El parque de atracciones que hizo famoso Orson Welles
Tras volver a la realidad, dejando atrás los lujos de palacio de los que nunca podremos disfrutar, nos dirigimos al famoso parque de atracciones ubicado en el Prater. Seguro que habéis visto el parque en muchas películas, pero principalmente la más recordada es “El tercer hombre” con esa icónica imagen de Orson Welles silbando en el interior de la noria. Pues bien, aunque es una sablada, no pudimos dejar de hacer la turistada de subirnos a la noria, aunque a mi me dan algo de miedo las alturas la verdad es que las vistas desde arriba son guapas.

Al ser temporada baja el parque estaba muy solitario, muchas atracciones y restaurantes cerrados, y lo poco que había abierto con muy poca gente. Creo que ello le dio un ambiente más misterioso al lugar, es cierto que no lo pudimos ver en todo su apogeo, pero tiene su encanto pasear de noche por un parque de atracciones casi vacío.

Cenamos, en uno de los pocos sitios que vimos abiertos, uno de sus platos más típicos, codillo de cerdo. Aunque debo de reconocer que yo no soy muy fan del cerdo asado, estaba realmente bueno y a muy buen precio.
Después del ajetreado día volvimos a nuestro alojamiento dando un agradable paseo bajo las luces de la ciudad.