
Supongo que todos los sabéis, pero los mercadillos navideños suelen abrir desde finales de noviembre a día 24 de diciembre, más o menos. Aunque en algunas de las plazas más importantes dejen una pequeña parte para la celebración del fin de año, prácticamente todos los quitan por Navidad y, a diferencia de España, en ningún caso llegan hasta Reyes.
El alojamiento fue algo más difícil de escoger, pues todo lo céntrico estaba carísimo, al final fuimos alejándonos, y elegimos un apartamento de Airbnb a unos 40 minutos andando de la Catedral, concretamente junto a la parada de tranvía Weisshausstrasse. Si miráis en el mapa, está algo alejado de todo, pero la zona es muy tranquila y segura, y en tranvía se llega en un momento. Así que ya sabéis en que zona podéis encontrar alojamiento que cumpla las 3 B’s 😉
[25/11/2016]
Encantados con el mercadillo de los gnomos (Heimat der Heinzel)
Así que llegado día 25 de noviembre tomamos el avión y llegamos a Colonia sobre las 13:20, nos dirigimos con tren hasta el centro (estación HBF) con la linea S13 (el recorrido desde el aeropuerto toma unos 15 minutos) y decidimos quedarnos a visitar los mercadillos e ir al apartamento de airbnb, que teníamos contratado, directamente por la noche, para no perder más tiempo en desplazamientos.
El tren nos dejó justo a las puertas de la Catedral y quedamos impresionados con su inmensidad y perfección gótica. Y lo mejor es que uno de los mercadillos se encuentra a las faldas de sus muros, en cierto modo es como visitar un mercado de la Edad Media, con sus puestos al lado del que en esos tiempos era el centro de poder, aunque eso sí, ahora con un estilo mucho más chic.

Decidimos comer una de las famosas currywurst en su plaza y continuamos nuestro camino. A muy poca distancia de la Catedral, encontramos un mercadillo pequeño pero con mucho encanto, con el suelo cubierto de paja y una tradicional pirámide de Navidad (o Weihnachtspyramide). Para aquellos que no lo conozcáis, dentro de la decoración navideña alemana son muy comunes estas pirámides, se trata de unas estructuras de madera con figuras y una hélice, en la parte inferior se ponen velas y con el propio aire caliente de éstas las hélices giran.

Continuamos hasta el que para mi gusto fue uno de los mercados más bonitos, el Old Market Christmas. Se encuentra en la plaza Heumarkt, es uno de los mercados más grandes y el mejor decorado y ambientado, y el que más juego daba al disponer tanto de puestos de comida, como de decoración, como diversos entretenimientos.


Esta plaza está ambientada con gnomos del hogar (Heinzelmännchen) representando diferentes profesiones, ya que la leyenda dice que estos duendes realizaban por la noche todo tipo de trabajos para los lugareños de Colonia, al estilo de aquel cuento infantil en que el zapatero encuentra por las mañanas que los duendes han reparado todos los zapatos.
Los árboles se encontraban decorados con luces en forma de corazón y los puestos de madera, con su propia iluminación navideña estaban repletos de comida deliciosa y todos los adornos imprescindibles en Navidad. Y, como no podía ser de otra manera, con su propia pista de patinaje sobre hielo, ¡e incluso una pista de curling!

Decidimos volver al día siguiente, sin maletas, a patinar un poco. Siguiendo unos diez minutos andando nos encontramos con Angel’s Christmas Market, un mercadillo encantador que representa un cielo con sus ángeles y estrellitas. Aquí decidimos cenar un riquísimo flammlachs, un plato típico de Finlandia que los alemanes han adoptado. Se trata del lomo de salmón hecho al fuego sobre una tabla de madera.

Continuamos al que sería nuestro último mercadillo del día, Village of St. Nicholas, en la Rudolfplatz. Haciendo honor a su nombre 😉 en el centro de la misma estaba Rudolf, eso sí con todos sus compañeros, tirando del trineo cargado de regalos. La plaza es bastante más pequeña que la anterior pero no hay menos gente jajaja, vamos que prácticamente no se podía pasar por los pasillos formados por los puestos.

Uno de los elementos que hacen más característica esta plaza es que en la misma se encuentra la Hahnentorburg, imponente puerta romana de piedra, en perfecto estado de conservación, actuando como puerta de entrada al mercadillo y presidiéndolo.

Aunque podíamos llegar andando al apartamento en una media horita, la verdad es que estábamos agotados de todo el día, así que tomamos el tranvía hasta la parada más cercana, y caímos rendidos en la cama con ganas de seguir disfrutando al día siguiente.
[26/11/2016]
Sufrimos el peor tour de la historia (Visita Colonia)
Nos levantamos, retomamos fuerzas con un buen desayuno y nos dirigimos a la Catedral, donde habíamos quedado para iniciar una ruta guiada con Visita Colonia. En teoría, según ponía en su web, la visita consistiría tanto en un recorrido por la ciudad y su historia, como por los mercadillos navideños. Somos asiduos a los recorridos turísticos en las ciudades que visitamos, pues nos permite conocer más a fondo su historia y sus gentes. Sin embargo lamentamos no poder recomendar esta compañía, ya que fue más una visita de “manteros”, intentadonos vender cosas, que una ruta guiada.
Como en todos los tours que hacemos, expuse mi crítica en Tripadvisor el 2 de diciembre de 2016, lo curioso es que hace una semanas (el 12 de septiembre de 2017) la chica de la empresa me escribió un correo diciendo que si no me había gustado la visita se lo hubiera dicho y me hubiera devuelto el dinero, en vez de publicar mi opinión. ¡¿Quería comprar mi silencio?! Creo que las herramientas como Tripadvisor están para que cada cual cuente su verdadera experiencia y sirva de utilidad a otros viajeros. Claramente es solo mi experiencia pero, si al que no le gusta le devuelve el dinero y no expresa su opinión, otras personas pueden verse afectadas y perder su valioso tiempo. Para más inri, justo del 27 al 29 de septiembre, un par de semanas después de que ella descubriera mi crítica, aparecen en Tripadvisor varios comentarios positivos. Mmmm…. Algo sospechoso, ¿no?
Creo que si solo fuera una mala visita, podría haber cambiado o mejorado, pero, teniendo en cuenta su actuación y, tal y como comento en mi crítica, su poca o nula información tanto de la ciudad como de los mercadillos en sí, desaconsejo encarecidamente su contratación.
Con el sabor agridulce seguimos nuestro camino hacia Harbour Christmas Market, situado a la orilla del Rhin, al lado de una fábrica de chocolate. Que dicho sea de paso, se encuentra muy cerca de la ciudad y la guía ni lo nombró, en un tour de mercadillos navideños.

Este fue el que menos nos gustó de todos, es el más moderno y con menos encanto, aún así tiene su “cuquismo” por su peculiar ubicación.
Desde aquí tomamos el tranvía hacia el mercadillo más alejado, Christmas Market Stadtgarten, ubicado en los jardines del mismo nombre, situados a las afueras de la ciudad. La verdad es que me encantó, los puestecitos, con un aire muy hippie y bohemio, estaban en perfecta armonía con la vegetación del lugar. Diría que el parque bien merece una visita aunque no se trate de época navideña, aunque gana mucho con toda la decoración.

Comimos allí mismo, en un puestecito vegano que estuvo para chuparse los dedos, y volvimos hacia el centro, pues aún nos quedaban cosas por ver y poco tiempo.
Lo primero fue ir en busca del último mercadillo que nos quedaba, el Gay and Lesbian Christmas Market. Yo tenía apuntado que se encontraba en Bermuda Triangle entre las calles Schaafenstraße y Pilgrimstraße. Pero nos costó un poco encontrarlo porque no esperábamos que fuera tan chiquito. Lo del triángulo es literal, un pequeño triángulo entre calles donde ponen guirnaldas, brillantina y todo bastante llamativo, demasiado incluso para mi gusto jajajaja. No, a ver, está chulo, pero parece más una fiesta discotequera que un mercadillo navideño.

Y una vez ubicado, nos dimos cuenta que en realidad se encontraba pegado a la Rudolfplatz, así que volvimos a dar una pequeña vuelta por esta, esta vez sin tanta gente y pudiendo caminar un poco más :p
Y de allí de vuelta pasamos por el Angel’s Christmas Market de camino al Old Christmas Market, pues no nos podíamos ir sin disfrutar de la pista de patinaje. La verdad es que fue algo caro, pero aún así valió la pena, la pista era bastante grande, con dos zonas circulares separadas por un pasillo. Además la pulieron justo cuando estábamos nosotros dentro, así que estaba muy lisita y patinaba muy bien jeje. Aunque en el número 1 de nuestro Top Ten siempre se encontrará la pista de hielo de Hamburgo.


Cenamos por la zona y, lamentablemente, ya era tarde y hora de volver a dormir a nuestro apartamento.
[27/11/2016]
Vuelta a casa por Navidad
Nuestro vuelo de vuelta salía a las 13:45 h, contando el tiempo que hay que estar antes y el tiempo de trayecto, la verdad es que teníamos una corta mañana, por decirlo de alguna manera.

Así que desayunamos, cargamos maletas y nos dirigimos de nuevo hacia la Catedral, donde hicimos las últimas compras imprescindibles, para familiares, una vuelta rápida y tomamos tren hacia el aeropuerto.
En resumen, si no conocéis Colonia es un lugar ideal para visitar en época navideña, no solo por la gran multitud de mercados navideños que se reparten por toda la ciudad, sino porque, aunque la ciudad en sí no nos llamó mucho la atención, su Catedral es impresionante y bien merece una visita.