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Vistas del lago Wanaka desde uno de sus miradores |
[05/03/2015]
Parada en el lago Wanaka de camino a Queenstown
Nos levantamos, tomamos el reducido desayuno del hotel y nos pusimos al volante camino a Queenstown. Nuestro itinerario pasaba por el famoso lago Wanaka, así que no nos podíamos perdonar no pararnos. A la orilla del lago hacia bastante frío y muchísimo viento, así que no estuvimos demasiado tiempo, pero es impresionante, muy grande y con unas vistas espectaculares, aunque hay que reconocer que lo son la mayoría de lagos del país, así que si no podéis pasar por él no os preocupéis seguro que pasáis por otros igual de impresionantes 😉
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Nos encontramos con un día frío y ventoso en el lago Wanaka :-/ |
Llegada la hora de comer decidimos pararnos en el primer lugar habitado que vimos, ya que en la isla sur de Nueva Zelanda puedes hacer kilómetros y kilómetros sin encontrar más que alguna pequeña granja. Dicho lugar fue el pueblo de Wanaka, donde una caravana azul cielo nos llamó la atención. Ante ella se encontraban varias mesas y sillas e incluso, como vimos posteriormente, un pequeño espacio con juegos para niños. Y así fue como, por pura casualidad, terminamos comiendo un sándwich la mar de bueno en The Good Spot ^_^
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Si visitáis el pueblo de Wanaka, probad la comida de The Good Spot, os gustará |
Queenstown nos embrujó
Continuamos nuestro camino hasta Queenstown, donde teníamos reservada una habitación en el Aspen Lodge Backpacker. Escogimos un hotel con aparcamiento propio y acertamos en nuestra elección ya que el aparcamiento público y gratuito en Queenstown creo que es prácticamente inexistente. El Backpacker está formado por dos edificios contiguos, en ambos se dispone de zonas comunes, baño, cocina y sala de estar con televisión y una gran oferta de dvd’s. Nosotros estuvimos en el edificio trasero, más tranquilo, en una habitación doble con baño compartido que nos costó 47€ la noche. El baño era compartido pero sólo con otras dos habitaciones, si no me equivoco, y la verdad es que nunca coincidimos con nadie, y como la puerta estaba pegada a la de nuestra habitación, daba cierta sensación de baño privado. La cocina tenía de todo: nevera, fogones, microondas y todos los utensilios de cocina, además estaba super limpia. La dueña muy amable y hospitalaria nos dio unas explicaciones rápidas no sólo del alojamiento sino también de la ciudad. Y bueno, la habitación en sí estaba muy bien, dos mesitas de noche, una ventana que daba a un jardincito y un colgador.
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Nuestra habitación en el Aspen Lodge Backpacker |
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Zonas comunes de nuestro alojamiento en Queenstown |
Una vez nos hubimos instalado, bajamos a conocer un poco la ciudad y la verdad es que nos sorprendió. Nosotros pensábamos que Queenstown era una gran ciudad, cuando en realidad nos encontramos con una ciudad más bien pequeñita a la ladera de la montaña y pegada al lago Wakatipu. La verdad es que la sorpresa fue grata ya que le da un aspecto muy cuco y es muy acogedora, es relajante pasear por sus calles o por al lado del lago. Aunque ciertamente es una ciudad pensada para turismo de aventuras o al menos de actividades, a cada paso ves publicidad o lugares de venta de excursiones, puenting, recorridos en lancha, etc. Vamos, una amplia variedad.
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Queenstown se encuentra en un valle rodeado de montañas arboladas |
Recorrimos la calle principal y aprovechamos para comprar 4 cosas para el desayuno ¡error! El supermercado más caro es el Foursquare y justamente ese es el que hay en el centro, sin embargo a unos 10 minutos en coche podemos encontrar un Countdown, muchísimo más asequible, pero ya teníamos el coche aparcado e íbamos a comprar poca cosa, así que nos conformamos con lo que había.
¿Las mejores hamburguesas del mundo? Fergburger en Queenstown
Llegada la hora de la cena no quedaba duda, íbamos a cenar la famosa hamburguesería Fergburger. Todos los foros y blogs que había leído por internet la recomendaban, incluso había quien decía que son las mejores hamburguesas del mundo. Pues bien, no nos engañan, tienen toda la razón, se me hace la boca agua sólo pensar en aquéllas suculentas y enormes hamburguesas ¡mmmmm! Comimos dos días y más hubiera comido si hubiéramos estado más tiempo por la zona, ¡están realmente riquísimas!
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En la cola de Fergburger (photobombing por cortesía de un simpático empleado :-D) |
Identificar el Ferburger es facilísimo, vas por la calle principal y cuando llegas a un punto donde ves un montón de gente haciendo cola, y otra tanta esperando por fuera y abarcando todos los bancos de la zona, es ahí, no tiene pérdida.
Y sí, tiene una larga cola, algunos estaréis pensando que no vale la pena hacer una larga cola en la calle por una hamburguesa, bueno, yo os repito que no es una simple hamburguesa y que no os arrepentiréis, además son muy eficientes y la cola va bastante rápido. Mientras estás en cola pasan empleados dándote la carta y aclarando las dudas que te puedan surgir, así que en el momento que te toca, únicamente pides (ya has tenido tiempo de decidir), pagas y te dan un número para esperar tu pedido.
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La carta de Fergburger, para que se os vaya abriendo el apetito :-p |
El local dentro tiene un par de mesas pero es bastante pequeño y agobiante, así que lo normal es esperar fuera que te toque tu turno (tienen pantallas fuera con los números) e incluso comerte la hamburguesa en un banco de la calle. Normalmente los bancos de justo enfrente están llenos, pero nosotros nos alejábamos una calle y ya encontrábamos un montón de sitio donde sentarnos.
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Muchos bancos para sentarse y disfrutar de las hamburguesas de Fergburger |
En esta primera ocasión, todo emocionados, pedimos una hamburguesa y una patatas por persona ¡buf! Demasiada comida, acabamos que no nos podíamos mover, llenísimos, a mi, que me encantan las patatas, me sobraron unas cuantas porque ya no me cabía ni una gota de agua jajaja. Así que no sólo buena comida sino también mucha cantidad y a muy buen precio (win win :p)
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¡¡Deliciosa!! |
Por lo que pudimos investigar, Fergburger no quiere convertirse en cadena para no perder su calidad, imaginamos que, aunque nos duela no poder disfrutarlas en más ocasiones, es un acierto no dejarse llevar y perder su esencia. Aunque esto no significa no expandir el negocio jeje, justo al lado de la hamburguesería han montado una heladería y una panadería/pastelería y por supuesto, también tienen bastante clientela, aunque nada comparado con las hamburguesas 😉
Cuando conseguimos levantarnos volvimos poco a poco y lentamente a nuestro backpacker, donde caímos redondos en la cama preparándonos para la larga excursión al fiordo que nos esperaba al día siguiente.