[13/09/2014]
Tocaba ya dejar atrás la parte más aventurera de nuestro viaje y centrarnos en las dos grandes ciudades de Australia, Sídney y Melbourne. Así que desde Cairns volamos hacia Sídney y nos sumergimos un par de días en su historia.
La gran Ópera de Sídney
Al llegar de Cairns el transfer nos recogió en el hotel sobre las 10:00h y no llegamos a Sídney hasta las 15:45h, una vez allí un nuevo servicio de recogida, en este caso Airbus, nos llevó hasta el hotel; vamos, que entre una cosa y otra perdimos prácticamente todo el día.
Una vez asentados en nuestro hotel decidimos ir a conocer lo más representativo de la ciudad, su famosa Ópera. Después de descubrir que no podíamos ir por el que el GPS decía el camino más corto, ya que era un jardín botánico que cerraban por las noches, y de discutir las alternativas posibles, llegamos al inconfundible edificio.
Le hicimos las fotos de rigor desde todos los ángulos posibles, y nos sentimos más pobres que nunca recorriendo el paseo marítimo, ya que es la zona chic de la ciudad y además era sábado. En general la gente en Sídney va muy pijita, exhalando riqueza, pero ese primer encuentro, sábado por la noche rodeados de restaurantes de nivel y gentes con sus mejores galas, fue un contraste de emociones, ilusión por encontrarnos frente a uno de los edificios más emblemáticos del mundo y, por otro, una mezcla de rabia y envidia (de la sana, claro ;-)) por llevar nuestras vaqueros viejos y poco dinero en la cartera.
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La Ópera de Sídney de noche |
Después de demostrar que nos guía la oferta y no la capacidad económica :p, volvimos en tranquilo paseo de una media horita hasta nuestro hotel, el Springfield Lodge. La verdad es que el hotel estaba muy bien, nos salió a 59€ la habitación doble con baño, tenía tele y calentador de agua, pero el wifi se tenía que pagar a parte, aunque no os preocupéis, a 2 minutos hay un Mc Donalds donde mucha gente va a disfrutar del wifi gratis, encontramos gente hablando con la webcam y todo jajaja.
El hotel dispone además de una cocina común con todo tipo de utensilios (nosotros una de las noches nos preparamos unos espaguetis), una zona con mesas para comer y unas estanterías con libros en diferentes idiomas por si alguien se aburre, y además una zona de lavadora y plancha, ¡no se puede pedir más!. Justo enfrente hay un supermercado ecológico un poco pijín, pero a unos escasos 5 minutos hay un Coles, los llegaréis a conocer en Australia porque son los supermercados donde comprar más barato ;). Lo único que puede causar malestar a ciertas personas es que se trata de la zona de table dance y hoteles por horas, ya me entendéis, pero sinceramente nosotros en ningún momento tuvimos sensación de inseguridad, y si tuviera que volver repetiría sin dudarlo.
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Hotel Springfield Lodge (Sídney, Australia) |
Así que, una vez de vuelta en nuestra habitación, nos fuimos a dormir para prepararnos para el día siguiente patear toda la ciudad.
[14/09/2014]
Tour guiado en Sídney – Conociendo la ciudad a fondo
Nuestro plan el día de hoy era realizar una visita guiada con la empresa I’m free, comer y por la tarde relajarnos tranquilamente paseando por el mercado dominical de la famosa Bondi Beach, pero la cosa se complicó un poco.
La visita guiada comenzaba a las 10:30h al lado del ayuntamiento, a unos 30 min. andando del hotel, así que decidimos salir un poco antes y explorar la ciudad. Visitamos el Hyde park, para los que hayáis visitado Londres no tiene nada que ver con el de la capital británica, en uno de sus extremos se encuentra el Anzac Memorial, un museo – homenaje a los soldados caídos durante la Primera Guerra Mundial, es gratuito y vale la pena entrar, a parte de mostrar diversos objetos bélicos como trajes o medallas, analiza las guerras durante la historia, haciéndonos estremecer ante tanta destrucción humana.
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Anzac Memorial |
Al salir ya era hora de ir hacía el punto de encuentro, así que nos dirigimos hacía allí e iniciamos nuestro recorrido. Siempre recordaré a nuestra guía y le haré enormes alabanzas, es una pena no haber retenido su nombre para poder aconsejarla, pronunciaba muy claro, marcando cada palabra, elevando la voz como si estuviera en un teatro. Vale, sí, mi inglés sigue siendo malo y no lo entendí todo, pero el simple hecho de entender algunas palabras y no parecerme que hablan chino ya fue como un oasis en el desierto. Si, ya, pensareis que soy una exagerada, bueno, tal vez sí :p, pero en serio, no he conocido a nadie que pronuncie el inglés tan claro y tan bien.
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El Jabalí de la suerte (Sídney Hospital, Australia) |
Y, después de alargarme en alabanzas sobre la guía, vamos a comenzar con la visita en sí, visitamos toda la ciudad mientras recibíamos no sólo explicaciones históricas, sino también de fábulas y de lugares donde se rodaron películas. Entre otros visitamos el lugar donde se rodó la escena de la mujer de rojo de Matrix, y nos enseñaron por donde se habían rodado diversas escenas de Spiderman. Para tener suerte tocamos el morro de un jabalí situado frente a un antiguo hospital, dicho hospital fue financiado por empresarios del negocio del alcohol, y es que en una ciudad que se concibió inicialmente como una prisión no se podía esperar menos ;).
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Fuente donde se rodó la escena de la mujer de rojo (Matrix), en Martin Place (Sídney, Australia) |
Además nos explicaron que Sídney es una ciudad muy cultural, donde se van realizando periódicamente exhibiciones en sus calles, entre ellas hubo una que gustó mucho y ha quedado de forma permanente, se trata de unas jaulas colgadas que simbolizan los cantos de los pájaros que habitaban esos parajes antes de la ciudad, de hecho se oyen grabaciones con los cantos de dichos pájaros.
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Forgotten Songs, exhibición de arte callejero en Sídney |
Como ya he comentado, y muchas sabréis, los ingleses enviaban a los delincuentes a su colonia en Australia, así los tenían lejos y no les molestaban, al menos a ellos, porque como en todas las colonizaciones los aborígenes no son los que salieron mejor parados. Tenían a unos cuantos guardas para vigilar un poco la situación y con el tiempo crearon barracas para tener más controlados a los más conflictivos, pero de ello hablaremos más adelante. Poco a poco la sociedad fue evolucionando hasta lo que es hoy en día, contrariamente a lo que pudiera parecer, una ciudad muy tranquila, quitando lo que pasó esta misma semana, prácticamente lo único destacable que había sucedido hasta este momento era una bomba que estalló en la entrada del Hotel Hilton donde se celebraba una reunión de jefes de gobierno de países de la Commonwealth en 1978.
Acabamos la visita en el Circular Quay, el lado contrario de la bahía donde habíamos estado el día anterior, y donde pudimos hacer espectaculares fotos de la Gran Ópera.
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Opera de Sídney de día |
Atasco descomunal en el Festival of the Winds en Bondi Beach
Comimos una riquísima hamburguesa vegetal, aunque a Pere no le pareció tan rica :p, en uno de los múltiples puestos de comida rápida de la zona y cogimos un autobús (380 o 333) hacia Bondi Beach. Tardamos bastante en llegar porque había mucho tráfico, pero pensábamos que sería por la hora o cualquier chorrada sin importancia.
Nos bajamos del bus y no se veía ni la arena ni el césped, había más gente que en El Corte Inglés un día de rebajas. Poco a poco fuimos viendo lo que pasaba, habíamos coincidido con el Festival of the Wind, que por lo visto es famosísimo allí, es un festival en que la gente va a volar cometas, no sólo propias sino que allí también se podían comprar, era espectacular ver el cielo cubierto totalmente por diferentes figuras de colores, y el agua llena de surferos rompiendo las olas. La verdad es que todo era muy bonito y en parte fue una suerte tener la oportunidad de disfrutar de este acontecimiento, pero… por otro lado, había que volver a la ciudad, y al poco de estar allí se empezaron a formar enormes colas en las paradas de los autobuses, por miedo a no tener sitio decidimos ponernos también en cola, no os exagero si os digo que estuvimos más de una hora para subir (que por cierto fue gratis debido a la aglomeración de gente) y una vez dentro el bus iba en primera prácticamente hasta que llegamos a la estación de tren donde nos dejó.
Vamos que, si bien fue una grata experiencia disfrutar del festival, no lo fue tanto la mala planificación por parte del organizador (que si no era el primer año deberían saber que se acumula mucha gente) y el no saber donde nos metíamos.
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Bondi Beach (Sídney, Australia) |
Así que volvimos al hotel agotadísimos, que hacer cola y los nervios de la situación cansan más que nada, cenamos en un italiano bastante bueno en nuestra misma calle (una pena que yo estuviera tan cansada como para que no me pasara la comida, porque era realmente bueno). Y nos fuimos a dormir, pues al día siguiente nos tocaba descubrir si realmente son tan azules las famosas Blue Mountains.