Se acercaba la Navidad y estábamos deseosos -sobretodo yo :p- de conocer otro de esos maravillosos mercadillos navideños que surgen por toda Europa (ya habíamos visitamos algunos en Bélgica y en Londres). Buscamos en internet dónde podíamos viajar de un modo económico y el resultado fue Frankfurt: el vuelo nos costaba 0,18€; sí, habéis leído bien, 18 céntimos de euro, aunque reconocemos que no es habitual encontrar estos precios, que sólo son posibles pagando en Rumbo.es con la tarjeta Maestro y que en realidad Ryanair no vuela, como suele suceder, realmente a Frankfurt, sino a Hahn, con lo que después tuvimos que tomar un bus hasta la ciudad, que nos salió por 14€ por persona, así que bueno, el precio de volar a Frankfurt y llegar al centro de la ciudad sería de menos de 29€… si hubiésemos vuelto desde Frankfurt pero… ¡volvimos desde Heidelberg! ;-).

[11/12/2015]
Descubriendo la Navidad en Frankfurt
Nuestro vuelo salía de Palma a las 9:10, pero contando el trayecto de bus hacia la ciudad, llegamos a Frankfurt alrededor de las 15:00. Nos dirigimos al hotel a hacer el check in, un Easyhotel, barato, a unos 5 minutos andando de la estación central; era nuevo (inaugurado apenas hacía un año) y un poco más grande de lo que estamos acostumbrados ¡además tenía ventana! Eso en este tipo de hoteles es todo un lujo jajaja Una vez ubicados salimos a conocer la ciudad.


Fuimos bajando hacia el centro neurálgico, pasando por la famosa escultura del euro, ya que Frankfurt, como sabréis, es la sede del Banco Central europeo, hasta llegar a Römerberg. Römerberg es una de las principales plazas de la ciudad y es considerada el centro de la ciudad vieja y, asimismo, del propio mercado de Navidad. En esta plaza se ubica el Ayuntamiento y es donde, durante todo el período navideño, se realizan pequeños conciertos de villancicos, además de un bonito carillón en la iglesia de San Nicolás situada en la misma plaza.

Paseamos por el vistoso mercado con su imponente árbol de navidad, considerado el más grande toda Alemania. Seguimos el mercado hacia el río, donde en una pequeña plaza probamos unas patatas rebozadas que acompañaban de una salsa, la verdad es que de un primer bocado estaban buenísimas, pero, al igual que los churros, estos productos chupan mucho aceite y llenan enseguida.


Volvimos a la plaza del ayuntamiento, esta vez para seguir el recorrido en dirección contraria, donde dos filas de tenderetes de todo tipo de productos, tanto artesanales como gastronómicos, nos llevarían hasta el centro comercial MyZeil. Valió la pena acercarse hasta él, ya que lucía una decoración espectacular, unos ciervos que entraban volando en el edificio, muy bien logrados, ¡una pasada! Creemos que deben ir cambiando la decoración cada año, pero no lo podemos asegurar; sea como sea, seguro que vale la pena visitarlo. Nuestro error fue pensar que no valía la pena entrar, que era un centro comercial estándar, como cualquier otro, menos mal que lo resolvimos al día siguiente, ya que la decoración interior es igual o mejor que la exterior.


Volvimos sobre nuestros pasos hasta la plaza principal y nos dirigimos a nuestro hotel, dando por finalizado el día.
[12/12/2015]
Tour privado, un poco de historia y un poco de Navidad
Como es habitual en nuestros viajes, nos informamos sobre los free tour que había en la ciudad y encontramos Frankfurt on foot, así que nos dirigimos a las 10:30 al punto de encuentro. Cuál fue nuestra sorpresa cuando vimos que estaba al guía sólo y no parecía que hubiera nadie más interesado por los alrededores, esto nos dio algo de corte, principalmente porque el tour era en inglés y mi nivel de inglés es bajísimo, pero nos lanzamos, lo mismo alguien más se animaba si nos veía, no fue así, hicimos lo que viene siendo un tour privado jajaja.
El guía, un militar americano ya retirado que por azares amorosos terminó instalándose en el país, nos acompañó por toda la ciudad, explicándonos cada rincón de la misma, desde sus orígenes históricos a detalles tan peculiares como una figura de Spiderman que hay encima de un edifico y nadie sabe porque ni quien la ha colocado. El problema es que Pere en muchas ocasiones debía actuar de traductor, así que no fuimos una gran compañía (sí, sigo trabajando en mi inglés, pero a mi edad todo cuesta más :p).
Comenzamos nuestro recorrido en la plaza del ayuntamiento, donde nos dio una breve explicación de los edificios circundantes, muchos de ellos destruidos durante la guerra pero reconstruidos manteniendo el mismo estilo.

Seguimos visitando el puente que cruza el río, como no, lleno hasta arriba de candados para que se caiga.

Volvimos hacia la plaza del ayuntamiento y nos dirigimos hacia la iglesia de San Bartolomé, lugar donde durante largo tiempo tuvieron lugar importantes coronaciones, y pasamos por delante la casa de Goethe (a riego de quedar como unos catetos, nos sorprendió mucho como se pronuncia este nombre en realidad). Comimos una buenísima currywurst en Kleinmarkthalle, el mercado de comida más famoso de la ciudad.

Visitamos el mercadillo navideño LGTB (el cual no habíamos encontrado el día anterior y que no tiene nada que lo distinga, simplemente el nombre). Seguidamente visitamos el edificio de la Bolsa de Frankfurt. En la plaza nos fotografiamos con las dos estatuas que simbolizan el alza y baja de la bolsa, el toro y el oso respectivamente. Según nos explicó el guía, esto se debe a la naturaleza precavida de los alemanes, así que, a diferencia de la Bolsa de Nueva York donde solo está representado el toro, quieren tener presente que también habrá épocas bajistas (el oso).

Vimos un trozo del muro de Berlín que está situado en el centro de la ciudad, y un muro conmemorativo del holocausto nazi, con los nombres de cerca de 12000 víctimas judías de Frankfurt. La verdad es que esto fue realmente impactante y un buen fin de tour que nos dejó con un sabor agridulce.


La conmovedora imagen con la que terminó nuestra visita guiadaAl finalizar la visita guiada dimos una nueva vuela alrededor de los sitios que nos habían llamado más la atención para poder hacerles fotos tranquilamente. Y seguidamente volvimos a hacer el recorrido de mercadillos navideños, disfrutando de toda esa decoración que me encanta y que sólo podemos disfrutar uno o dos meses al año. Y en esta ocasión sí entramos en el centro comercial MyZeil, la decoración interior, como he dicho, es tanto o más espectacular que la exterior, un árbol grandísimo está situado justo en el centro y demás árboles y ciervos decoran todo el centro, totalmente recomendable que entréis si visitáis la ciudad.



Además, en una terraza del centro comercial se encuentra una pista de hielo, bastante pequeña pero siempre crea ambiente ver una pista de patinaje sobre hielo en navidad.

Al acabar ya era tarde y tocaba recogerse para coger el día siguiente el tren hacia Heiderberg, donde nos esperaban varios mercadillos más (en especial, ¡el situado en su castillo!).
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