
[08/12/2018]
La odisea de llegar a Estrasburgo
Mi idea original era recoger el coche de alquiler y dirigirme hacia mi hotel en Estrasburgo, a una hora y media de distancia más o menos, pero coincidió que un amigo se encontraba ese mismo día en Basilea, así que hablé con él para hacerle una visita rápida y tomar un café.
Era mi primer viaje sola, conduciendo sola por primera vez en el extranjero, con el GPS en mi móvil y, recordemos, sin internet, así que un GPS de los que funcionan sin datos y con mapa descargado, que te salvan del apuro pero no son perfectos. Todo ello explotó junto con la rueda del coche al chocar contra un bordillo. He conducido, con copiloto, prácticamente por todo el mundo y nunca había pinchado, mi primer viaje sola y pincho, en un país sin internet y sin controlar el idioma, nunca podré agradecer suficiente tanto a la pareja suiza que me prestó su móvil y llamó al seguro de la compañía de alquiler, como a mi amigo (Vicente D) y sus amigas, que me cambiaron la rueda pinchada por la de recambio.

Tras el estresante momento, una vez cambiada la rueda y sin tomar ningún café, me dirigí de nuevo hacia el aeropuerto tal como me había comentado la asegurada. Pero no todo es tan fácil ya que, como he comentado, el aeropuerto tiene dos salidas (Francia y Suiza) y por tanto dos entradas, cosa que el GPS no entiende muy bien y para ir de una a la otra hay una buena vuelta.
Así que después de dar bastante vueltas, con los nervios a flor de piel, conseguí llegar a la parte francesa, donde había retirado el coche, y para seguir con la odisea ¡La oficina del rent a car estaba cerrada! Me dirijo a la parte suiza, que sí estaba abierta, en un primer momento dicen que eso pertenece a los franceses y no me pueden ayudar. Tras contarle todo lo sucedido intenta ayudarme pero me dice que no hay coches, que me vaya con ese hasta Estrasburgo y al día siguiente me podrán dar otro, le respondo que no tengo intención de ir con la rueda de respuesta con el riesgo de quedarme tirada sola a medio camino (en este punto debo señalar que la rueda de repuesto ponía que no se podía circular a más de 100 km/h y que la habíamos cambiado un par de inexpertos que prácticamente era la primera vez que lo hacíamos).
Descubrí en ese momento que sabía mucho más inglés del que pensaba que sabía e imagino que le debí dar pena al chico, así que me ofreció un coche que tenían que devolver esa misma noche, solo debía esperar más o menos una horita a que lo devolviesen y llevarmelo “sucio”. ¡Menos mal! Algo empezaba a salir bien, ¡sí, claro, me lo llevo como sea!

La verdad es que el coche, un Toyota RAV4, era una verdadera pasada. Enorme, con asientos calefactables, toda serie de pijadas y comodísimo para hacer carretera. La verdad es que muy por encima del coche básico que había pagado y, como había contratado seguro a todo riesgo con un intermediario, me cobraron bien la rueda de repuesto pero el seguro me devolvió rápidamente el dinero, así que al final salió bien el cambio.

Llegué realmente tarde al hotel de Estrasburgo, pero llegué entera y de una pieza, después de todos los nervios que había pasado necesitaba descansar. Menos mal que el alojamiento (Hotel F1 Strasbourg Ostwald por 60€ noche la habitación doble con baño) fue muy bueno y el recepcionista muy simpático.
[09/12/2018]
Mercadillos navideños en Estrasburgo
Como ya he comentado, el recepcionista del hotel era muy agradable así que le pedí consejo sobre como ir a Estrasburgo en transporte público, ya que no me apetecía meterme en la ciudad con el coche. Dejé el coche en una estación a unos 5 minutos conduciendo y desde allí el tranvía hacia el centro en poco más de media horita.
En Estrasburgo hay unos 9 mercadillos, pero en realidad son como uno muy grande, pues se trata de varias plazas muy cercanas unas de las otras y algunas calles de su alrededor, no tiene pérdida. Cabe destacar la propia plaza de la Catedral, la plaza Broglie y la plaza Kléber, donde se encuentra el famoso árbol de Navidad de 30 metros de altura.

Empecé mi visita a la ciudad por la Petite France, ya que era muy pronto y los puestos de los mercadillos aún no estaban montados. Es un barrio muy turístico pero también con mucho encanto, repleto de canales y casitas decoradas. Pero lo que a mi más me llamó la atención fue encontrarme una presa en funcionamiento, verla ponerse en marcha y llenar el paso para que la barca pudiera pasar, no es gran cosa pero nunca había visto una en directo.

Tras el agradable paseo me dirigí hacia los Ponts Couverts «los puentes cubiertos», los restos de la antigua fortificación de Estrasburgo. Además de atravesar el puente cubierto, utilizado también como minimuseo para diversas gárgolas y esculturas, se puede subir a sus torres y tener unas muy buenas vistas de la ciudad.

Continué mi recorrido visitando algunos de los mercadillos navideños. A las 12:30 frente a la Catedral comenzaba un free tour, como siempre digo, esa es la mejor manera de conocer la ciudad, así que no dudé en apuntarme, en este caso fue con la empresa happy strasbourg.

Nos explicaron la historia de la ciudad y visitamos los sitios más emblemáticos de la misma, empezando obviamente por la propia Catedral y continuando por las plazas más emblemáticas y los lugares históricamente importantes de la misma.
Al acabar el recorrido continué con mi visita por los mercadillos navideños. La verdad es que había reservado dos días de visita a la ciudad, pero con uno me dio tiempo a recorrerla y conocerla por completo, incluidos todos sus mercadillos, así que al día siguiente decidí seguir por otros pueblos en vez de volver a Estrasburgo.

Echando la vista atrás me alegro de tal decisión, ya que dos días después, en esos mismos mercadillos, tuvo lugar un grave atentado terrorista, es una pena que actos así condicionen nuestras visitas, pero da miedo ir a sitios multitudinarios y con renombre por lo que pueda suceder.