El día anterior habíamos tenido un día de esperas para ver a la Família Imperial dando su felicitación de Año Nuevo y el día de hoy también nos reservaba esperas, en esta ocasión para visitar el templo de Narita.

[03/01/2017]
El templo de Narita se llena de festejos durante los primeros días del año
Aunque ya habíamos realizado el Hatsumode, que como ya comentamos es la primera visita del año al templo, en el Buda de Ushiku el primero de enero, no queríamos perdernos la oportunidad de vivir la experiencia en un templo tradicional y habíamos leído que uno de los templos más visitados es el de Narita (Narita-san Shinsho-ji), así que hacia allí nos dirigimos.
El hatsumode se puede realizar durante los tres primeros días del año, así que pensamos que siendo el último día, y con lo cumplidores que son los japoneses, no habría a tanta aglomeración de gente. De nuevo nos equivocamos, desde la propia estación de tren la marea de gente te arrastraba hacia la propia cola del templo y hacia los mercadillos.

Para llegar se debe tomar la linea JR o la Keisei hasta la estación de Narita, desde allí en unos 10 minutos andando por la calle principal se llega el templo, aunque como ya hemos comentado, a nosotros nos llevó la riada de gente jeje.
Como en la mayoría de los templos, y en el caso de Narita no es diferente, la calle que lleva hasta ellos está repleta de comercios, así que fuimos paseando y mirando cada uno de ellos hasta que nos encontramos con una cola. La gente seguía paseando por los comercios en la estrecha parte de calle peatonal que quedaba a ambos lados de la cola. Dudamos sobre que hacer, ya que el templo apenas se veía al fondo, pero supusimos que esa era la cola para pasar por delante del “altar”, así que allí nos quedamos.
Tengo que reconocer que, aunque la cola era larguísima, fue pasando bastante rápido y en un momento estábamos dentro del templo realizando el correspondiente ritual de tirar las monedas y juntar las manos y hacer la reverencia. La verdad es que “el rezo” que en otros momentos se hace más solitario aquí se lleva a cabo con un montón de gente, todos a la vez y pasando unos delante de otros, pero es una experiencia que sin duda repetiría ^_^


Hay gente que me ha dicho que podría ser considerado una falta de respeto pero nada más lejos de mi intención. Yo creo que es bonito y enriquecedor conocer todas las culturas y religiones, adentrarte en ellas, sólo así puedes formarte tu verdadera opinión. Tal vez podría interesarme o convencerme más otra religión que no la que tradicional y culturamente nos has sido socialmente impuesta. O, simplemente, ser participe de la vida japonesa por ese breve espacio de tiempo, pues ¿Qué es un viaje sino adentrarte temporalmente en una forma de vida y sociedad distinta?
Al bajar del templo paseamos un poco por el resto del recinto sagrado, hay pequeños edificios, además de estar rodeado de un bonito parque con lagos, por lo que si podéis acercaros, por ejemplo parándonos de camino al aeropuerto de Narita, os recomendamos una visita. La verdad es que al ser un día tan señalado estaba demasiado lleno de gente y no pudimos pasear con tanta tranquilidad como hubiéramos querido, pero aún así valió la pena. O si preferís realizar una visita guiada para no tener que preocuparos del transporte y recibir una pequeña explicación, aquí os recomendamos una buena opción.


Como en todas las festividades, el templo estaba rodeado de puestecitos de comida, amuletos y cosas varias, así que decidimos comer por allí. Todo está buenísimo, así que no dudéis en innovar y probar cosas nuevas. Entre otras cosas compramos berenjena encurtida y unas galletas de arroz, mmm…. Volvería con una maleta llena de comida ¡Qué bueno!


Decoración navideña en Shimbashi
Cuando acabamos de recorrer Narita volvimos a tomar el tren de vuelta a Tokyo, concretamente nos dirigimos a la antigua estación de Shimbashi, donde colocan una minimalista decoración navideña y desde aquí a un par de minutos se encuentra el Caretta Shiodome, un espectáculo luminoso inolvidable.
Tuvimos que esperar un poco, como ya os comentamos, ya que justamente ese día empezó más tarde de lo previsto, pero la espera valió la pena. Todo en su conjunto hace que sea una de las decoraciones navideñas más bonitas de Japón, recrea un bosque iluminado, con su propio árbol de Navidad, en el que tiene lugar un espectáculo de luz y sonido envolvente.

El espectáculo fue muy guapo, pero tuvo como consecuencia que cogiéramos un buen frío allí fuera, así que corrimos a refugiarnos en el calor de nuestro pequeño apartamento. Al día siguiente nos tocaría… ¡¡Kawaii Shopping Day!! 😉