
[15/12/2018]
Augusta Raurica, una sociedad tan avanzada como la nuestra
Para llegar debemos tomar la linea S1 hasta la parada Kaiseraugst (¡Ojo, no bajarse en “Salina Raurica”!) y desde allí andar unos 15 minutos hasta el museo arqueológico, no tiene pérdida, está todo muy bien indicado.
El museo de Augusta Raurica abre todos los días de 10:00h a 17:00h, y cuesta 8 francos, aunque a decir verdad la mayor parte y lo más interesante se encuentra en el exterior, donde nadie controla si has pagado o no. Eso no significa que esté sugiriendo que no paguéis, pues el inmejorable estado de conservación de la zona bien merece contribuir para que puedan seguir manteniéndolo y descubriendo nuevos enclaves.
Tras pagar la entrada visitamos la parte de museo propiamente dicha, con diversos utensilios encontrados en la zona y una gran explicación histórica, tanto del lugar como de las costumbres de sus habitantes.
Pero, como ya he comentado, lo que nosotros más disfrutamos fue la visita sobre el terreno, los restos arqueológicos propiamente dichos. Justo enfrente del museo se encuentra el teatro, en perfecto estado de conservación, donde nos podemos sentar en sus gradas y sentirnos como verdaderos ciudadanos romanos.

En el museo te dan un mapa de la zona y de los sitios a visitar, así que desde allí visitamos los lugares más emblemáticos de la ciudad, como el Foro, el Templo, el edificio de la Curia, un anfiteatro, los baños e incluso las cloacas.
Así dicho parece rápido pero pasamos por allí todo el día, en el exterior, congelados porque hacía un frío que cortaba, eramos los únicos locos paseando por allí, ¡pero valió la pena!

Personalmente la parte que a mi siempre me gusta más son los baños romanos, esos baños públicos que no tenían nada que envidiar a los centros de spa actuales, con sus salas de aceite, sus aguas calientes contrastándolas con las cubetas de agua fría, y el sistema bajo el suelo para calentar el agua (hipocausto).
Y no solo había los baños en la zona central arqueológica sino también en una zona residencial algo alejada, al lado del río, que personalmente me gustó incluso más, pues parecía que no lo visitaba mucha gente.

Después de un largo día de frío nos apetecía resguardarnos en el calor de nuestro hotel, que en esta noche fue un ibis budget, para mi gusto un hotel que siempre cumple las expectativas.
[16/12/2018]
Nuestras amigas las ardillas
Aprovechamos el par de horas que nos quedaban antes de dirigirnos al aeropuerto para visitar un parque de la zona. Aunque no fuera un gran parque, el hecho de que se encontrara totalmente nevado siempre le da un toque de magia y además pudimos disfrutar de las ardillas que salían a pasear. Nunca me canso de observar a estos pequeños animalitos trepando por los aires y pegando saltitos, imagino que, como todo, al no tener en Mallorca pues me llaman mucho más la atención.

La magia se acababa y tocaba volver a la realidad, deseando poder en breve realizar un nuevo viaje.