Tras nuestra escala en Beijing, nos embarcamos en la segunda parte de nuestro largo vuelo (¡fue incluso más largo que el vuelo Madrid-Beijing!), que nos llevaría por fin a Nueva Zelanda.
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El guardián del aeropuerto de Auckland 😮 |
[29/02/2016]
Nuestros primeros pasos en la Tierra Media
Aterrizamos en el aeropuerto de Auckland sobre las 18:00, ¡tras más de 13 horas de vuelo! Al llegar, pasamos un primer control de pasaporte con la típica tarjeta que rellenas en el avión en la que prometes que no llevas nada prohibido ni vas a hacer nada malo.
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La pantalla del avión nos indicaba que quedaba “poco” para llegar |
Cumplido el trámite, recogimos las maletas y nos dirigimos al segundo punto de control, este en teoría es más exhaustivo ya que están obsesionados con la no introducción de nuevas especies, sin embargo nosotros debíamos tener caras de buenas personas, porque fue muy rápido, además después de China estos funcionarios nos parecieron muy amigables jejeje.
En este punto te vuelven a pedir lo ya marcado en la tarjetita del avión, si llevas material de senderismo, de buceo y demás deportes de naturaleza. Según tus respuestas lo revisan para que no lleves por ejemplo semillas en los zapatos, ya iréis viendo que lo de obsesionados con no introducir nuevas especies va en serio. Nosotros llevábamos las botas de montaña totalmente nuevas, sin estrenar, aunque no nos pidieron que las mostráramos, y unos escarpines, sobre los que nos pidieron si eran para bucear, les dijimos que no y ahí se acabó la cosa. También he leído de gente que ha tenido problema con los medicamentos, o que les han dejado pasar pero examinándolos previamente; sin embargo yo llevaba el típico botiquín paracetamol, ibuprofeno, antiestamínico,… y no me pidieron nada, puede que fuese casualidad.
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Este portón con decoración maorí nos recibió al entrar en el aeropuerto de Auckland |
Una vez ya legalmente en el país lo primero que nos llamó la atención en el pequeño aeropuerto internacional de Auckland fue ¡una enorme figura de un enano! No había duda de que habíamos aterrizado en la Tierra Media 😉 Y, como no podía ser de otra manera, fue nuestra carta de presentación a familiares y amigos indicando que habíamos llegado a salvo.
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Llegamos a cansados pero a salvo a nuestro destino |
Nos dispusimos a buscar donde cambiar moneda, ya que el cambio, como en éste caso, suele ser mucho mejor en el propio país de destino. Hay dos casas de cambios con precios interesantes, Travelex y Kiwibank, ambas tienen puesto en el aeropuerto. Nosotros vimos en seguida la primera, así que cambiamos allí sin buscar más.
El siguiente paso era la imprescindible tarjeta de datos para el móvil. Justo delante del puesto de Travelex y al lado de la figura del enano (el aeropuerto no es muy grande), se encontraba una oficina de Spark que, como podéis leer en el post dedicado a los preparativos del viaje, era una de las opciones que habíamos contemplado.
Comenzaba a hacerse tarde y no sabíamos si encontraríamos nada abierto al lado del hotel, así que decimos cenar en el Mc Donald’s del aeropuerto, la verdad es que tenían una oferta súper buena de un menú con dos hamburguesas al precio de un menú normal. Y sí, claro, habíamos comido en el avión pero, como yo digo, la primera comida del avión te parece buena, la segunda pasable, pero luego ya simplemente el olor ya te revuelve el estómago, chicken o pork with rice o fish with rice, que yo creo que en realidad cogen alguna pasta como la que dan en las prisiones de las pelis americanas y les dan formas distintas, ¡ecs! :p
Bueno, la cuestión, que disfrutamos muchísimo de la grasienta y poco saludable hamburguesa jajaja. Dimos buena cuenta de ella y nos dirigimos al hotel, el Ibis Budget Auckland Airport, el cual está muy bien indicado (hay marcas en el suelo que tienes que ir siguiendo) y se encuentra a unos 10 minutos de la terminal.
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Peter Jackson en un cartel gigantesco, no cabía duda sobre donde habíamos llegado 😉 |
Justo al lado tiene un restaurante de comida rápida y un Countdown, uno de los supermercados típicos del país, y el que sería nuestro aliado durante todo el viaje.
Después de demostrar que nuestro lema es “viaja barato” en toda su amplitud, incluso en la comida XD seguiremos con nuestro recorrido. Llegamos al hotel, donde nos atendió una chica muy amable; nuestra habitación similar a la de los anteriores Ibis que hemos visitado, limpia, cómoda -sobre todo las almohadas, son las más cómodas que hemos visto, tanto que quizás nos decidamos a comprarlas ^_^- y un baño muy cuidado. Nos costó 59€ la habitación doble con baño, que por su ubicación y la calidad del sueño después de un largo viaje está bien pagado.
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Nuestra habitación en el Ibis Budget Auckland Airport |
Pasamos una agradable noche y dormimos como angelitos hasta el día siguiente, que tocaba tomar un vuelo interno hacia Nelson. O al menos eso debería haber pasado, grr…… el puto jet lag me dio el viaje y yo estuve toda la noche con los ojos como platos, histérica, no había manera de dormirme y sólo pensaba con que ánimos iba a conducir al día siguiente sin haber dormido ni una hora, ¡buf! Afortunadamente Pere si durmió, al menos el tiempo que yo le dejé :p jeje